domingo, 14 de octubre de 2007

De mis sueños.

Este es un sueño, que tuve hace ya casi un año.... y me impresiono tanto, me dio tanto miedo, que lo recuerdo imagen por imagen aun hasta hoy. Ni bien me desperte lo escribi, y como era muy reciente. habia plasmado el terror y la ansiedad de ese sueño. Desgraciadamente esa primera version tan exacta la perdi al formatear la pc... solo queda una reescritura mas limpia y ordenada que intente usar para la facu.... de ahi es este fragmento....


Desde la entrada del viejo invernadero, como una jaula de hierro oxidado, vidrio sucio y plantas de diversos lados del mundo que cubren desde los lados hasta el techo. Se abre la puerta chirriando y entran 2 figuras que se recortan oscuras y empapadas contra el cielo blanco y las líneas del techo y algunas hojas; se sacuden un poco y dejando un reguero de barro y agua comienzan a caminar. Van avanzando a través de estanterías y mesadas repletas de restos de flores Sofía y Victor. Ella lo conduce a él con paso firme, y el camina dejándose guiar entre los pasillos, como un perro con su correa, o un esclavo con su amo.
Victor deja caer su manto empapado y sigue caminando sin darle importancia.
Desde un pasillo adentro de la casa adornado con papel tapiz, se ve una escalera que sube en espiral hacia el segundo y tercer piso, una puerta a la izquierda con una pequeña mesa circular y una lámpara de kerosén y la continuación del pasillo hacia la derecha en la que asoma un cuadro de bordes redondeados. Todo tiene un ambiente levemente lúgubre, por la forma de las sombras, parecen un liquido denso que surge de los rincones y no termina de revelar al ojo todos los recovecos entre las puertas, el piso, la sombras de los adornos; más a medida que se sube y el techo es directamente una masa impenetrable de oscuridad del que penden las arañas y lámparas (cosa que se repite en el resto de la casa).
Victor y Sofía cruzan unas palabras en vos baja, aunque perfectamente audibles (¿), ella le pide que se de un baño, así se relajara, cambiara un poco su humor fúnebre y evitara enfermarse. Mientras que entra Marco por la puerta de la izquierda, suavemente y como si flotara, Victor va subiendo las escaleras y sumergiéndose en las sombras. Marco entra con una toalla en la cabeza y los anteojos en la mano, mira a Sofía por un instante, se acerca hacia ella y al tiempo que se pone los anteojos dice que espera que Victor pueda relajarse, termina por sonreír despreocupadamente y se marcha.
Ya ido marco Sofía empieza a subir las escaleras con un paso rápido y firme para alcanzar a Victor.
Desde el baño, se nota un cambio de ambiente, si el pasillo era tenue o apenas lúgubre, hay algo que no termina de cerrar. La habitación del baño constaba de dos divisiones, así que es muy amplia y sin embargo muy opresiva, había algo en el cuarto que lo hacia incómodo, enviciado. Las paredes eran verdes oscuras y, con algún tramado en papel tapiz muy intrincado, forman bandas que suben hasta donde no las puede seguir, con detalles en un ocre sucio y el techo era, nuevamente, oscuridad absoluta, el piso de mármol o de baldosas de mármol blanco resplandeciente.
Luego de esta entrada estaba la primer división del baño, donde se halla el inodoro, un esquinero con una jofaina de plata llena de agua clara y cristalina una mesada de mármol con el lavamanos y sus grifos de metal, peines y cepillos de baquelita y oro. Arriba de estos un radiante espejo con gran un marco labrado que parece duplicar la habitación. En conjunto pareciera que ciegan un poco por la forma en la que la luz se reflejaba, pero las paredes y el techo absorben toda la luz.
En seguida de la primera división, hay a una escalera con dos pasamanos, con pequeños escalones de madera suave y perfumada, luego arriba en medio de la oscuridad del techo estaba la bañera de mármol con patas de león y adornos de oro, era toda circular y incrustada en el piso, el agua adentro era limpia y cristalina.
Mientras se oye el ruido del agua correr en la bañera, la puerta se abre y entra Sofía, camina un par de pasos mientras con las manos en la espalda se va desatando poco a poco el corsé del vestido, cuando termina de sacárselo, lo deja caer, y se acerca al espejo donde empieza a peinarse. Se escucha la puerta cerrarse y aparece Victor dejando caer su saco, ambos se miran y Sofía sonríe para infundirle ánimos. Victor suspira, y acaba por sonreír quedamente acercándose de a poco a Sofía, cuando ellos están cerca Sofía sigue camino hacia la escalera, y a medida de que la chica se iba desvistiendo, subía la escalera, escalón tras escalón dejaba una prenda de ropa blanca. Al llegar al último se mete en la bañera y cuando su piel toma contacto con el agua, esta se pudre se va cambiando rápidamente su transparencia, como si una mancha de tinta se estuviese extendiendo, se estanca y toma olor a fango y el color oscuro de las paredes. Al notar esto, Victor se asusta y le dice que salga del agua subiendo de a poco los escalones.
De la bañera surge algo que era una especie de cubo de hierro remachado, conectado a un cuerpo flexible de metal, todo oxidado y sucio, y en el centro del cubo hay un ojo oval gigante, casi omnipotente y omnisciente, es desproporcionado al tamaño del baño, como si subiera y subiera sin final, a medida que sube las sombras se estiran, la luz se achica, Victor va llegando a la bañera al mismo tiempo grita a Sofía que salga y Sofía se queda mirando la mole que brota a su alrededor.

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