viernes, 18 de marzo de 2016

Del Agujero en Mi Bolsillo.


Capitulo 3.
                                                           Del Agujero en Mi Bolsillo.

El otro día me aparecio un agujero en el bolsillo. Cada vez que metia la mano adentro, conectaba a vaya uno a saber donde. Hasta acá, más alla de lo inusitado del evento, estaba todo bien. El problema era el servicio de conexion. Porque el tema es que cada vez que metia algo (fuera mi mano, o un papelito, o un cospel) tenia que pagar peaje. Algun sádico, no solo me enchufó una especie de portal, sino que además se dio el lujo de cobrarme peaje por un servicio que nunca solicite.
Puedo explayarme por un lado por lo tedioso del asunto, de mis intentos de comunicarme con la atencion al cliente de este portal. O por la inmensa cantidad de situaciones estupidas en las que me puso tener ese coso en el bolsillo. Entonces:

B) Situaciones Estupidas en las que termino por tener un agujero negro en el bolsillo:
Para empezar hay una serie de frases que pierden sentido. Tales como “te juro que lo puse acá o directamente “confía en mî”. Para continuar, tambien hay una serie de estados anímicos que surgen por default. Confusion total como mínimo, o preguntas del estilo “eh, ¿qué pasa si metés el saco entero adentro del bolsillo?” a lo cual lo único que puedo hacer es poner cara de situacion y sonreir... como si tuviese alguna respuesta que no puedo revelar o algo asi. La posta es que no tengo idea, me da cagaso hacer algo asi y despues recibir una factura de la puta madre.
En fin situaciones, ahi vamos.
El coso este (a falta de un nombre preciso) apareció entre el sabado a la madrugada y el lunes a la mañana. Yo me dí cuenta de que había algo raro cuando metí adentro del bolsillo las llaves del auto, y al rato las llaves aparecieron adentro de mis zapatillas. Tardaron en aparecer cosa de ¾ de hora o una hora como mucho. Y fue así de a poquito. Yo estaba charlando con Walter mientras caminabamos por Córdoba y en eso le digo, “dame un toque, necesito rascarme el pie”. Ahi me saqué el zapato y encontré las llaves. Olían a vainilla... eso fue lo único raro, porque pensé que se cayeron por un agujero o algo.
Después metí los cigarrillos y, cuando despues quice sacarlos saqué una estrella de mar. No sé como paso, calculo que algo de conmutador tiene el coso este, pero ahí me cayó la ficha de que algo no estaba bien. Mi sospecha inicial se confirmó cuando a la mañana del lunes encontré la factura de pago, por servicios de courier, en el buzón de mi casa.
Ya el Martes me hinché las pelotas. Le dí una chance mas, dije “solo vino, solo se va a ir” y no le quice dar mucha importancia, como tratando e imponer un poco de normalidad. Tomé el subte para ir al centro, me subí en Alberti y a los 5 minutos llego el subte. Me metí en el furgón que estaba lleno. Lleno, lleno. Lo curioso fue cuando al rato, un punga que tenia al lado pegó un grito y empezo a revolear la mano de arriba a abajo. La gente se alejo como pudo y el tipo a las puteadas se fue medio alejando de mi. Me miraba raro. La mano le sangraba. En el piso ahi al lado de mis pies habia un bicho fluorecente. Tenia espinas o algo asi. No me cabe dudas de que habia salido de mi bolsillo. Olía a vainilla. Cuando volvi a casa, vacié el armario y metí el saco adentro. Lo cerre con llave y me olvide del tema. A la mañana siguiente tenía otra factura pero me colgué y no la abri.
Dos semanas despues Clara vino a casa, era viernes. Teniamos que revisar un par de temas y arreglar los pasos que ibamos a tomar para seguir con el laburo. Se hizo tarde, tomamos algo, y ni bien pude le tire la boca. Ella respondió, no sé como. La lleve a mi cuarto, mientras la iba poniendo en bolas. Ahi... me acordé que tenia los forros en el armario... Clara estaba en la cama, tocandose, yo abri la puerta del armario. 15 minutos despues, Clara estaba vestida en la puerta de mi casa. Palida y temblando. Se prendió un cigarrillo, se tomo un taxi y se fue. No dijo ni mu, pero me dio un beso. Yo supe que tenia un problema grosso. Y que no tenia idea de como resolverlo.
A) De mis intentos de comunicarme con la atencion al cliente de este “Coso”:
Correo Argentino” era la empresa que emitia las facturas que me llegaron. Habia un 0800, que fue a donde llame. Despues del tono me respondio un menu de esos donde te dan numeros para marcar. Decidi que la maquina que me hablaba se llamaba Susana. Susana me dijo que estaba muy agradecida por mi comunicacion con el Correo Argentino. Continuo muy amable y mecanicamente “Por favor marque el numero de interno. Alternativamente marque 1 para Pagos, 2 para Punibles Destacados, marque 3 para Solicitudes en Transito Afectado, marque 4 para Atencion al Cliente Usufructuoso, 5 si usted desea presentar o solicitar una Conexion Customizada, marque 6 si usted goza de una Aparicion Azarosa, 7 si corresponde con Numero Codex Personal, 8 para obtener Informacion de su Cuenta, 9 si desea Presentar una Queja. Finalmente presione 0 si desea reformular las opciones o espere en linea y será atendido por uno de nuestros representantes”. Espere en linea.
Cuando corte el teléfono, alguien de acento extraño y nombre impronunciable me informo que así era la cosa. Que yo portaba un portal en mi bolsillo. Modelo 5 puntualizo. Que tuviera un poco de paciencia continuo. Y que me correspondia pura y exclusivamente a mi y (solo a mi) por correspondencia directa, por ser un cliente afortunado y por contacto directo con la sustancia conocida como “es-no es”. En pocos pabras me cabio. Iba a tener el coso ese por tiempo indefinido y aparentemente, con el tiempo iba a entender de qué venia la mano, el coso se iba a adaptar a mí o yo me iba a adaptar al coso.
Confusion mediante, me fui a Bangladesh a tomar un cortado. Hablar con Randall siempre me distraia un poco. Y de vez en cuando me daba alguna idea. Él estaba ocupado limpiando los filtros de la maquina de café, pero entre gruñidos y puteadas contra la maquina escucho mi historia. Llamamos a Defensoria del Pueblo y me dijeron que Correo Argentino estaba en situacion de Jurisprudencia Extraordinaria hasta despues de las elecciones (el limbo basicamente) y que, pese a mis puteadas, ellos no podian hacer nada. Me aceptaron un reclamo para examinar mi situacion, me pidieron que pague y guarde las facturas y me dieron turno para el 9 de Agosto. Era Febrero... asi que me iba a tener que aguantar un rato. Corté el telefono, se lo dí a Randall. Y me fui a tomar una ginebra en el fondo con Patricia a ver en qué andaba.