El zorro tiene unos 23 años, no sabe muy bien qué es lo que quiere de la vida, de la existencia. Y sobre todo de su realidad y de su legado como can: De cómo los perros y los zorros son como primos que se ven de vez en cuando pero nunca dejan de sentir cierto temor entre ellos. En las reuniones se la pasan ofreciendo la comida con ese exceso de cortesía típico de la hipocresía. Con esa curva tan contradictoria en el borde de la sonrisa. Con esa mirada irritada y cansina que pasa del primo a sus manos...
buscando constantemente donde las apoyó,
donde las dejó,
qué tocó,
qué cambio de lugar
y qué se puede haber robado.
Este temor, esta desconfianza de los zorros hacia los perros, surgió el 16 de junio de 1955 tras el estreno de la película de Disney “La Dama y el Vagabundo”. Aquel fue un momento central, una sacudida, para el mundo canino porque el film fue un fiel ejemplo de la dominación de los canes por parte de la raza humana.
A partir de aquí los zorros tomaron la vía anarquica y se decidieron por la lucha armada, sembrando de coctails molotov todas las veterinarias de la avenida de Mayo, en señal de protesta. Mientras que los perros, en lugar de mostrar su apoyo a la causa, optaban por quedarse cómodamente sentados en los sus living rooms.
A partir de ello la relacion entre ambas partes de la familia nunca fue lo que habia sido.
3 comentarios:
Buenísimo
deja tu nombre! por cortesia al menos
Detrás de un nombre hay una historia. La noche es todo lo que escapa de Ella. Hoy, es silencio, anónimo.
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