lunes, 1 de noviembre de 2010

Mefistófeles

Un domingo a la noche termino de leer "Fausto" y ya para la mañana del lunes, la Salamandra salió al supermercado del chino a comprar un par de barritas de azufre, un marcador rojo y 3 alfajores, por si le agarraba hambre mientras hacia su propio intento de convocar al demonio.

Dos horas después, la salamandra le estaba sirviendo un mate cocido con edulcorante a Mefistófeles, mientras regateaba por el precio de su alma. El tema era que ella quería la inmortalidad, quería las 3 dosis de Decotazepar destilado, con los 6 meses gratis de Direct Tv y llamadas locales ilimitadas. Pero no quería que le cobrara el IVA porque era un afano. Mefistófeles argumentaba que le era imposible, él tenía que rendir cuentas a los de abajo y estaba atado de manos. Se disculpo, "soy un empleado público, flaco" le dijo y luego puso cara de situación, como si comprendiera. Pero el IVA lo tenia que cobrar igual.

Cuestión que estaban así, en pleno tira y afloje, que te firmo, que no te firno...cuando tocaron el timbre. Alguien abrió (casi seguro el Tejón), y al toque entraron al living dos agentes de aduana.
Miraron a la Salamandra, miraron al demonio. Ambos se hicieron los giles, mientras la salamandra guardaba los frasquitos de decotazepar.

Los agentes sacaron un par de documentos y avanzaron. Llegaron hasta el sillón donde estaba sentado Mefistófeles, lo agarraron, lo esposaron y lo sacaron a patadas.

Aparentemente la salamandra no habia pagado el ingreso de aduana asi que Mefistófeles tenia quilombos con el visado. O en el camino del inframundo para capital no habia pagado los peajes. O algo asi.
De una forma u otra se llevaron preso al pobre demonio.

1 comentario:

rosaura dijo...

Todos necesitamos que el servicio sea VUENO VONITO Y VARATO. Te parece? es el slogan de una marca americana... y son re VURROS