La salamandra seguía confusa. Al rededor suyo la cocina estaba toda revuelta, el colador dando vueltas por el ventilador, el destornillador mezclado con el exprimidor... todos los dor mezclados con otros dor. Se arremango el delantal, se saco los zapatos que chapoteaban en el suelo inundado y agarro la zopapa. Saco uno a uno los escalones de la cómoda y los uso como escalera para subirse a la mesada. Tiro el delantal contra una esquina, metio los zapatos adentro del ultimo cajon, y asi como estaba, se tiro de cabeza a la pileta de la bacha.
El zorro llego del kiosco, entro y la encontró así. Desnuda.
Y se le lleno el culo de preguntas.
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